¿Cómo se trata una contractura muscular?

Una contractura muscular puede definirse como una contracción mantenida e involuntaria del músculo. Suele replicarse en personas que realizan deportes y ejercicios, ya que los músculos se mantienen en constante tensión.

Durante el ejercicio el organismo metaboliza sustancias activas para generar el movimiento necesario, que luego se transforman en sustancias de desecho metabólico. Cuando el deportista hace un alto esfuerzo el organismo no puede eliminar esas sustancias por lo que se acumulan y es cuando aparece el dolor. Por el contrario, cuando la contractura aparece tras el ejercicio se debe a la incapacidad del músculo para recuperar el estado de reposo.
Síntomas de una contractura muscular:

• Tono muscular aumentado.
• Acortamiento del músculo.
• Disminución del metabolismo.
• Minimización de la capacidad de rendimiento.
• Dolor a la presión y/o a la tensión por contracción.
• Inflamación de la zona afectada.

¿Cómo se tratan las contracturas musculares?
El médico podrá eventualmente prescribir relajantes musculares y demás medicamentos. Un fisioterapeuta, aplicará distintos tratamientos adaptados a cada paciente:

• Masaje descontracturante: Es la base del tratamiento en estos casos. Suele ser un masaje localizado y profundo en las zonas afectadas, y más superficial en la zona extendida. Por ejemplo, en el caso de una contractura de trapecios se trabajará en profundidad los puntos gatillos de esta zona y más superficialmente toda la espalda.
• Sesiones de descarga muscular: En estas sesiones se trabajan distintas fases que ayudan a relajar los músculos y a eliminar los desechos metabólicos que se producen al ejercitarnos. Dentro de estas fases encontramos, la estimulación muscular con electrodos, aplicación de medios fríos o calientes sobre los músculos y por último, masajes y estiramientos.
• Hidroterapia: En bañera individual o en la mayoría de los casos en minipiscinas calientes, ideales para relajarse.
• Vendaje neuromuscular: Este vendaje reduce la tensión muscular, ayudando al paciente a movilizar de mejor manera la zona afectada.

Cabe mencionar que el principal factor de recuperación es siempre el reposo. Es necesario tomar un tiempo de descanso para que nuestros músculos puedan relajarse. Si tienes dolor e identificas alguno de los síntomas mencionados, no continúes ejerciendo presión sobre la zona afectada para evitar complicaciones mayores, lo recomendable es que pueda ser tratado por un profesional en cuanto se identifiquen las molestias.
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